Los gráficos son sencillos pero visualmente atractivos, inspirados en las tallas de los templos de Centroamérica con colores vibrantes y un estilo artístico cohesivo. Los carretes capturan bien el tema del templo en la jungla, pero el fondo desenfocado afecta la atmósfera general. A pesar del tema inmersivo, la música solo añade una ligera mejora con sus ritmos inspirados en la jungla y flautas de pan sudamericanas.
El tema del Templo del Jaguar gira en torno a un sitio sagrado ficticio en los Andes, donde los símbolos místicos aztecas se transforman al atardecer. El juego evoca una vibra aventurera pero misteriosa, con fuegos sagrados iluminando glifos que pueden traer fortuna o infortunio. Sin embargo, no profundiza en su historia, dejando a los jugadores con un fondo genérico de una puesta de sol en la montaña que no logra hacer que la experiencia sea verdaderamente inmersiva. Los elementos en los carretes hacen justicia al tema mesoamericano, aunque la narrativa es algo deficiente.
En conclusión, aunque la tasa de retorno al jugador y la volatilidad del Templo del Jaguar son aceptables, el juego no ofrece suficiente emoción para destacarse. Sus características y elementos temáticos son escasos, y carece de los aspectos atractivos que hacen que muchas otras tragamonedas con temática mesoamericana sean cautivadoras. Para aquellos que buscan una experiencia más atractiva, podría ser mejor explorar alternativas que proporcionen una narrativa de juego más rica y dinámica.